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Yoel Romero: "Que me quiten el don antes que la humildad"

Fightland cuenta un poco la historia de Yoel Romero mientras lo acompañan a los premios a lo mejor de MMA en Las Vegas.

Cuando decidí seguir a la figura de Yoel Romero, "Soldado de Dios", no me imaginaba que sería como abrir una caja de sorpresas, todas agradables y que incluiría entre ellas la invitación que me realizó el mismo Romero para acompañarlo a los Premios World MMA, y vivir la experiencia junto a uno de los protagonistas de la celebración.

La de Yoel es una historia que comenzó años atrás en la isla caribeña, cuna de tantos campeones; Cuba lo formó como atleta y desde los ocho años estuvo involucrado en la lucha olímpica. Proveniente de una familia que respira la tradición boxística—su padre ex seleccionado nacional y su hermano campeón mundial de boxeo—no es extraño que cuando Yoel hace pocos años en Alemania decidió dar el salto al MMA, ya sabía algo del deporte de los puños para complementar su pelea. Poco después, los Estados Unidos le abrió la puerta, y quedó con American Top Team y un equipo de entrenadores, en su mayoría cubanos, que se han dedicado a moldear al guerrero para que fuera a hacer su trabajo en un nuevo escenario.

Ya de gala y camino a los premios, este verdadero soldado cuenta: "Esto ha sido vertiginoso. Venía de una derrota en Strikeforce y sufrí una seria lesión en mis vértebras cervicales que me envió al quirófano, con la posibilidad de que terminara abruptamente mi carrera. Asumí el riesgo y decidí operarme. Con la ayuda de Dios y el apoyo de mi esposa y amigos, me recuperé y comencé a pelear en UFC, ganando las cinco presentaciones de esa fecha a la actualidad, con catorce tornillos en mi cuello que me impiden hacer movimientos laterales. Soy un milagro del Señor, testimonio de que la fe y la voluntad rigen nuestra vida".
 
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