Cuando en mis andares por el MMA contacté a Héctor Lombard; sólo veía la oportunidad para Costa Rica de traer a un peleador en el ranking y de su calibre, compartiendo un seminario con los chicos que están surgiendo en este deporte, pero desde que lo conocí y hasta este día ,continúa sorprendiéndome y dejándome enseñanzas. El es más que una mole de músculos, una máquina de perfección en la jaula, es un combatiente de la vida, de veinticuatro horas, de siempre.
En aquella agenda entre fans y seminario de su visita; llegó como imprevisto calculado su amiga de la ex selección cubana de judo olímpico, y ahora radicada por estos lados, Kenia. Un peculiar saludo hizo que todos los presentes los rodeáramos, pues entre derribos y apretones fueron al piso para ponerse al día por todo el tiempo pasado. Al fin ella se daba por vencida y salía satisfecha cojeando por la llave de pie que le hizo su amigo Héctor. Me regaló una sonrisa y sólo atino a decir "gracias".