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Cuando decidí que tomaría unas vacaciones en Enero no consideré la posibilidad de hacer ejercicio e intentar cuidar –aunque fuera un poco- mi alimentación. Eran dos cuestiones que no pasaban por mi mente porque –como a muchos nos sucede- solemos pensar que los buenos momentos y la diversión van de la mano con comida sin control. Y es que sí. Hay manjares deliciosos a los que es difícil resistirse aunque sepamos que no es la mejor opción.
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Estaba por terminar de empacar y me di cuenta que faltaban mis tenis. Por un segundo dudé en llevármelos porque -siendo realista- siempre se quedaban guardados. En el manual incluido en el UFC Fit, el entrenador Mike Dolce señala lo siguiente: “Tienes que darte la oportunidad de comenzar un nuevo estilo de vida, el cual solamente se logra si estás abierto al cambio”. Entonces lo hice.
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Metí a la maleta un par de tenis y ropa deportiva. ¡Y obviamente los videos de UFC Fit! No puedo decir que fue sencillo porque mentiría. El reto consistió en la disciplina ya que debía despertar una hora antes que mis acompañantes para completar la misión. No me dejé vencer. A veces estaba cansada del día anterior; sin embargo, pensaba en el sentimiento posterior al entrenamiento y eso me motivó.
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Cada video dura entre 30 y 50 minutos así que cada mañana –antes de salir- tenía una cita con Mike Dolce. Esos días no seguí el menú sugerido. Lo que sí hice fue elegir opciones saludables en los lugares que visitaba y me sorprendí al ver que cada vez son más las alternativas que se ofrecen. También quiero confesar que me regalé algunos caprichos y eso me hizo sentir bien porque recargué la batería.
Hubo días en los que comí postres, tomé cerveza, disfruté de la pizza y del sushi. A veces me daba remordimiento, pero el hecho de haberme ejercitado por la mañana me ayudó a conservar los avances en mi cuerpo y no perder el camino recorrido. Eso sí, el agua fue fundamental.
Las vacaciones terminaron y hay que regresar al compromiso de los 90 días de transformación. No me he pesado y no he tomado medidas, pero la ropa no miente. Todo sigue igual, aunque la próxima semana sabremos cómo me fue.
Por lo pronto, volví a la Ciudad de México con mucho ánimo de seguir con el proceso de cambio. ¡Me gusta la forma en la que mi estilo de vida ha mejorado! ¡Cada día disfruto más de mi cuerpo! Y, de verdad, ¡me siento feliz!
¿Ya empezaste el reto?