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Peleadoras de MMA, la diferencia

El primer combate de la división femenina de la empresa se realizó en UFC 157 cuando Ronda Rousey superó a Liz Carmouche en una función histórica realizada el 23 de febrero de 2013 en Anaheim, California.

Desde ese momento quedó claro que las mujeres darían combates emocionantes dentro del octágono, pero ¿qué diferencias se pueden encontrar con las MMA (Artes Marciales Mixtas por sus siglas en inglés) de hombres?

Hasta este momento, la organización solamente cuenta con una categoría femenina: 135 libras, mientras que son ocho las divisiones masculinas. Esto es porque aún no hay suficientes mujeres para un roster que permita contar con más clases de peso por lo que la competencia se concentra en las gallo.

Entrenar tampoco es cosa sencilla. Al asistir a gimnasios donde predomina el sexo masculino, las mujeres deben adaptarse a ello. En los sparrings tienen que enfrentarse con personas más grandes y con más fuerza, lo que también puede ser una ventaja ya que con la necesidad de incrementar la intensidad para avanzar al mismo ritmo que los hombres, la velocidad, técnica y resistencia pueden verse beneficiadas.

Sin embargo, también hay una desventaja. La posibilidad de una lesión es grande. Las peleadoras deben ser cuidadosas y saber con quien pueden entrenar sin riesgos ya que si sus compañeros no miden la fuerza podrían lastimarlas. Un ejemplo de ello, es lo que sucedió con la venezolana Julianna Peña, ganadora de TUF 18, quien estará fuera de actividad por dos años por una lesión en la rodilla que sufrió en un entrenamiento.

El hecho de ser madre también es una de las grandes diferencias. Peleadoras como Cat Zingano y Sara McMann tienen una motivación más para salir con la mano en alto. No se trata de crear víctimas o heroínas, sino de resaltar la responsabilidad y la convicción que, como muchas otras mamás, tienen estas dos peleadoras en un medio que tradicionalmente se piensa para el sexo masculino.

Además, en el octágono no se permiten golpes en el pecho al ser considerado como una zona sensible y blanda. La fisionomía de una mujer es más delicada y eso se nota en las peleas. Si bien salen con mucha fuerza, el impacto de los golpes no es tan intenso como en un duelo masculino. Es común observar que los combates se alargan a la decisión o que, como es costumbre de la campeona Ronda Rousey, se resuelven por sumisión.

Las mujeres que son parte del roster de UFC han tenido la oportunidad de mostrar que están hechas de determinación, fuerza, disciplina y, sobre todo, ganas de que no haya distinción entre géneros, al menos en las MMA. ¡Las peleas de mujeres no han defraudado a nadie!