Orgullo del origen, sentido de pertenencia, preparación, sacrificio e instinto asesino. Todas estas virtudes típicas de los peleadores latinos han hecho que las guerras más emocionantes arriba del Octágono hayan sido protagonizadas por los nuestros.
En la estelar del TUF Finale 2009, el luchador de sangre mexicana salió disparado a buscar al estadounidense para castigarlo sin pausa, mientras Clay recibía pero se mantenía increíblemente en combate. Sólo la mandíbula inhumana y los recursos de Guida pudieron llevar la pelea a la decisión de los jueces, quienes vieron ganador a Diego. Las repercusiones de lo que fue la batalla del año le valieron a Sánchez el pase para pelear por el cinturón ligero.
En 2013, el ya legendario Diego volvió a su demencial estilo mexicano, pero enfrente tuvo a otro latino que jamás retrocedió; Sánchez y Meléndez se enzarzaron en una inolvidable pelea de perros ante una afición enloquecida. Fue victoria para El Niño en un espectáculo que fue bisagra en el deporte y que invita a revivirlo en Fight Pass para disfrutar de la ferocidad de ambos latinos.
En 2016, el segundo choque entre Nate y Conor fue una guerra de golpeo entre el fabuloso boxeo del irlandés contra el alcance, el cardio inagotable y el enorme corazón del gángster latino, quien avanzó a través de los misiles de izquierda de McGregor de manera surrealista. La remontada tardía de Nate no alcanzó y el triunfo fue para el irlandés en lo que resultó para muchos la mejor pelea de la historia.
En 2018, en el evento que celebraba el aniversario 25 de UFC, el surcoreano era más efectivo y se estaba llevando un impecable duelo. A escasos segundos del cierre, el Zombi avanzó buscando un último golpe, pero el latino se agachó, dio un paso al costado y casi en cuclillas lo contraatacó con un codazo ascendente fulminante que igualó el récord de finalización más tardía de la empresa (4:59 R5) en uno de los nocauts más delirantes de la historia de UFC. Sólo una mente extremadamente creativa y resolutiva es capaz de noquear a un ex contendiente al título de las 145 libras de esa manera.
En 2019, la coestelar de UFC 236 enfrentó a dos de los mejores golpeadores de los medianos con el cinturón interino de la división en juego, en una pelea fabulosa en donde el corazón enorme del mexicano a punto estuvo de dar el batacazo y quedarse con una contienda que tuvo golpeo magistral, derribos, recuperaciones y mucha emoción.
Las peleas más apasionantes de UFC llevan la firma de los peleadores latinoamericanos, cuya entrega, corazón y estilo garantizan un espectáculo inolvidable y un aporte capital para el desarrollo continuo del deporte.