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Goyito Pérez y la vida de peleador

Erik “Goyito” Pérez es uno de los peleadores del UFC más emblemáticos para México. Cargando la bandera del país y portando su característica máscara de luchador en su caminata al octágono, Pérez también representa para muchos latinoamericanos un ejemplo y motivación para seguir luchando por el sueño de subir al octágono, ¿pero cómo es ser un peleador del UFC?

El trabajo duro que implican las artes marciales mixtas (MMA por sus siglas en inglés) para convertirse en peleador del UFC se convierte en uno aún más exigente una vez logrado el objetivo. En las palabras simples de Erik “Goyito” Pérez: “si quieren esto que sea su vida, pues háganlo su vida”. El mexicano habló de su vida diaria como peleador, los sacrificios, la disciplina, y lo que más le gusta de estar de tiempo completo en el UFC.

“Mi estilo de vida hoy en día: almuerzo, como, y ceno MMA. Todo para mí es el entrenamiento, es el MMA. De lunes a sábado es todo lo que hago. Me levanto a entrenar, llego a la casa, como, y vuelvo a entrenar. Lo que ha cambiado es que ya no tengo escuela, ya no tengo otros trabajos. Ahora mi trabajo es entrenar fuerte, prepararme, ser mejor como peleador y como persona. Los fines de semana es limpiar toda mi ropa, acomodar la casa, y otra vez repetir el ciclo. Ese es mi estilo de vida, es mi pasatiempo, y eso es lo que me gusta hacer”.

Pérez actualmente entrena en el afamado gimnasio Jackson-Winkeljohn en Albuquerque, Nuevo México, por donde han pasado una serie de peleadores de primer nivel como Jon “Bones” Jones, Georges St-Pierre, Carlos Condit, Diego Sánchez, Rashad Evans, Frank Mir, entre decenas más. Pero estar de base en el gimnasio no es responsabilidad sencilla, y para mantenerse al tope, “Goyito” llega a realizar hasta cinco entrenamientos en un día, incluyendo trotar, sparring, técnicas, acondicionamiento físico y manopleo.

Los sacrificios de ser peleador profesional además han modificado completamente el estilo de vida. Para Pérez, el primer sacrificio significó dejar a la familia y los amigos para llevar su entrenamiento a los EUA.

“En los Estados Unidos, aunque muchos no lo acepten, es el lugar en donde tenemos que estar entrenando por los avances, por cómo han modificado el MMA, algo que todavía no ha avanzado en México o en otras partes de Latinoamérica”, mencionó, recalcando lo desapercibido que puede pasar lo obvio: “si quieren esto que sea su vida, pues háganlo su vida.

“Siempre voy a Monterey después de que acabo de pelear; así ya puedo decir sí a todo. Cada casa que visito, con mi abuelita, con mis tíos, primos, todos. La cultura mexicana es de ofrecerte de comer. Mi abuelita diciendo: ‘Mijito estás muy flaquito, estás malito, te voy a dar de comer’ y tienes que comer. Pero cuando estoy en campamento y voy a Monterrey no quiero salir mucho, en parte por la comida, pero yo creo que esos son los cambios. El cuidarme un poco más, no salir de fiesta, ya todo es muy diferente”.

Con apenas 24 años de edad, seis de ellos peleando de manera profesional, Goyito ha sido recompensado por todo su esfuerzo, obteniendo la oportunidad de subir al octágono del UFC en cinco ocasiones, cuatro de estos terminando en victorias, pero ¿qué tan complicado es mantenerse en la línea, sin perder la cabeza en la fama y el éxito?

“Yo creo que en esas cosas es importante tener un mentor, tener una persona que siempre está ahí picándote las costillas, dándote cachetadas. Como decimos, sopapiándote. Yo, esa persona, gracias a Dios la tengo cerca en Nuevo México: mi entrenador de base Mike Valle. Estoy haciendo algo mal y él me dice. Apenas voy por mal camino y quiero descontrolarme, y él me calma. Yo creo que esas personas para un peleador aún joven como yo nos ayudan bastante. Esa es la diferencia para mí con otros peleadores, que yo tengo a esa persona cerca conmigo”.

Después de haber debutado en el UFC, y conocer a los gimnasios y peleadores mexicanos actuales. Le preguntamos sobre el nivel actual de MMA en México.

“Yo creo que México tiene muy buen jiu-jitsu, muy buen box, muy buen kickboxing. Hay muchas escuelas que tienen buena lucha o una lucha decente. Yo creo que es el mezclarlo. El cómo mezclar todo. Cómo hacer que estos golpes sirvan para acercarme y hacer un buen derribe. Cómo hacer que estos golpes sirvan para acercarme y someterlo, ponerlo en la reja, hacer presión ahí. Yo creo que son esos puntos lo que hacen una diferencia significativa; y creo que eso es lo que le hace falta a las escuelas mexicanas”.

¿Y lo que más le gusta de su estilo de vida como peleador?

“Lo que más me divierte es golpear a mis compañeros de entrenamiento (risas). ¡Golpearlos, pero aún así quererlos!”.


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