Por Emiliano Cándido - Cuando un peleador tiene 22 victorias y 17 de ellas son por nocaut o nocaut técnico, ya queda claro que es un golpeador peligroso. Si a eso se le suman ángulos poco habituales y combinaciones muy variadas, estamos en presencia de una verdadera amenaza para los mejores. Todo eso forma parte del arsenal del inglés Paul Daley y quiere demostrarlo el próximo sábado en el UFC 108.
Por Emiliano Cándido
Cuando un peleador tiene 22 victorias y 17 de ellas son por nocaut o nocaut técnico, ya queda claro que es un golpeador peligroso. Si a eso se le suman ángulos poco habituales y combinaciones muy variadas, estamos en presencia de una verdadera amenaza para los mejores. Todo eso forma parte del arsenal del inglés Paul Daley y quiere demostrarlo el próximo sábado en el UFC 108.
Nacido en Londres, Inglaterra, Daley ha transitado por los más famosos eventos europeos hasta que dio el gran golpe en el Octágono noqueando categóricamente al siempre peligroso danés Martin Kampmann en su debut.
Esa noche, en la que ingresó como reemplazante de Mike Swick quedó grabada en su memoria como “la mejor victoria” de su carrera. Ahora busca subir la escalera de los pesos welter para obtener una posibilidad titular, pero antes tendrá que verse las caras en la pelea co estelar de la velada ante el maestro en Jiu-jitsu brasileño, Dustin Hazelett.
Paul sabe que es un combate complicado ya que las características de su rival no son las que más lo favorecen. Sin embargo, todas las peleas empiezan de pie y es allí donde el inglés tiene las mayores chances de triunfo.
“Estoy extremadamente emocionado por este combate. Él es un peleador muy duro y más que difícil para enfrentar si logra derribarme. Mi plan es sencillo. Voy a salir a golpearlo, a cortarle distancias, a dar un gran espectáculo y a noquearlo. Estoy en una pelea co estelar y quiero demostrar que me gané este lugar”, relata ilusionado con la posibilidad de salir con su mano en alto.
El mercado inglés ha sido fuertemente aturdido por el UFC en los últimos tiempos. Grandes figuras han salido de esas tierras y hasta se han dado el lujo de tener un equipo propio que los representó en la novena temporada de The Ultimate Fighter.
Siguiendo los pasos de Michael Bisping, la figura británica por excelencia, y de Dan Hardy, próximo retador al título de las 170 lbs. que posee Georges St. Pierre, Paul Daley buscará conseguir lo que ninguno de su tierra ha logrado: Un cinturón de campeón del UFC.
“Está muy bueno ser uno de los pocos ingleses en tener esta chance de pelear ante los mejores. Bisping y Hardy ya han tenido esta oportunidad y ahora me toca a mí. Es increíble ir caminando por las calles en mi país y que la gente me conozca. Mi próximo paso es que me conozcan en todo el mundo y para eso tengo que ganar este sábado”, dice contento por el éxito que ha tenido.
Conoce sus limitaciones y considera que debe mejorar en todos los aspectos para convertirse en un peleador completo. A pesar de eso, considera que tiene que focalizar sus entrenamientos en todo lo que respecta a pelear en el piso y en el clinch, ya que a la hora de mantener distancias y tirar golpes ha evolucionado con el correr del tiempo.
“Tengo que mejorar en todo. Si bien golpeo muy duro y puedo noquear a cualquiera, necesito ser un poco mejor a la hora de defenderme de los derribos así como también cuando tengo la espalda contra el piso”, explica de forma autocrítica.
Y continúa contando su gran anhelo: “Para ser campeón tengo que ser el mejor en todo, mi objetivo es ese”.
La oportunidad de ingresar al UFC le llegó con más de 30 peleas como profesional, por lo que ingresó con mucha experiencia. Es por eso que valora mucho más su esfuerzo y, tras haber tenido que pelear tanto para ganarse el lugar, quiere mantenerlo a como dé lugar.
“Estuve esperándolo por un largo tiempo. Estoy muy feliz de haber llegado aquí, ahora necesito mantenerme. Si sigo golpeando como lo hago y ganando combates, mi lugar estará asegurado. Pero necesito enfocarme en cada paso que dé y pensar siempre en la pelea que me toque, y nunca antes, prepararme pensando en otra cosa”, declara convencido.
Y reconoce “ese sería un grave error y me dejaría fuera de mi sueño porque las derrotas estarían aseguradas”, demostrando que no quiere dan un paso en falso.
A la hora de pensar en un oponente en especial con el cual le gustaría entrar al Octágono, no se detiene en nadie. No necesita vengar derrotas ni se lleva mal con ninguno de los peleadores así que su respuesta tiene que ver pura y exclusivamente con el cinturón de campeón.
“No me interesa pelear con alguien en especial. Lo que sí sería bueno es poder pelear por el título contra quien lo tenga en el momento que me llegue esa oportunidad”, dice con seguridad.
Para terminar les deja un concepto a todos los fanáticos de las artes marciales mixtas.
“Sigan apoyando al deporte. Si les gusta mi estilo o no es una forma de mirar los combates. Hay gente que gusta de mis golpes, otra que no. Yo los entiendo y si al menos una vez los hago saltar de sus asientos por un nocaut, estaré feliz”, finaliza.
Hasta el UFC 103 quizás nadie había oído hablar de él. Pero con su incursión en el Octágono y el gran triunfo ante Martin Kampmann, se empezó a notar que es un rival de cuidado.
Los puños de Paul Daley son respetados por cualquiera que ingresa a combatir frente a él. Pero el respeto a veces trae miedo y si un peleador entra con miedo su rival tiene la victoria asegurada. El problema para los oponentes es que los golpes del inglés son sinónimo de nocaut y eso asusta a cualquiera.