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¿Cómo aprovechar la experiencia TUF?

Necesitaron pasar 18 temporadas para que las mujeres pudieran tener su primera participación activa como peleadoras y entrenadoras dentro de The Ultimate Fighter. Ronda Rousey y Miesha Tate comandaron a dos equipos, uno femenino y uno masculino, hasta la definición del reality show para ver quiénes se llevaban el mayor premio: Un contrato con UFC.

Son 6 semanas de sacrificio en estado puro. Dentro de la casa de TUF hay un único objetivo: Convertirse en mejor peleador. Los competidores son rodeados por los mejores entrenadores y se deben preocupar solamente por entrenar y derrotar a sus rivales dentro del octágono para cumplir sus sueños.

Esta es la décimo octava presentación en Estados Unidos, además de ser la primera en la que fueron mujeres las que entrenaron a los equipos y las que pelearon por un contrato, tuvo como eje central el problema de corte de peso con algunos competidores. Cody Bollinger y Anthony Gutiérrez dejaron pasar la oportunidad por no poder llegar a la categoría. Uno del equipo de Miesha Tate y el otro del equipo de Ronda Rousey. ¿Qué quiere decir esto? No fue un error de alguna de ellas.

Como dijo, y demostró, más adelante la campeona de UFC: Los problemas que tienen dentro del sauna son psicológicos y en muy poco tiempo cortó las 18 libras que ella necesitaba para entrar en categoría y demostrarle a su equipo que la fortaleza mental es una de las cosas más importantes que hay en este deporte.

Tener actitud para enfrentar un problema que se generó para poder sobrepasarlo es clave en las Artes Marciales Mixtas (MMA por sus siglas en inglés) y también lo es en la vida. Esa es una de las lecciones más valiosas que se llevarán de esta experiencia que los marcará en su carrera como profesionales y como personas.

Si bien las relaciones humanas llevan a que un equipo sea muy unido y los compañeros dejen todo por el otro, lo importante es que aquí todos terminan forjando una relación duradera ya que, si bien son rivales, conviven juntos. Muchas veces hablan de estrategias entre participantes de diferentes equipos y eso lleva a que haya un poco de tensión en la relación, pero siempre logran superarlo.

Otro punto a favor es lo que significa poder entrenar, además de con Ronda y Miesha, con peleadores como Manny Gamburyan y Bryan Caraway. La experiencia dentro del octágono es un factor clave y todos ellos pueden transmitirla de la mejor manera posible para que su equipo la entienda y pueda aplicar lo que necesite a la hora de competir.

Y, sobretodo, varios han podido cumplir un sueño de poder practicar técnicas con una medallista olímpica como Rousey. Pocos se dan cuenta lo calificado que tiene que ser un atleta para llegar a ese nivel de excelencia y la hoy campeona femenina de peso gallo de UFC lo sabe y sabe comunicarlo. Lo hace ella y también lo hizo su madre en alguna de las sesiones.

Mente fuerte, sangre caliente y cabeza fría, las tres claves que Miesha Tate y Ronda Rousey les brindaron a sus equipos. Unos podrán aprovecharlas mejor que otros y quedará en cada uno saber qué tomar de todos los que estuvieron en esta gratificante experiencia que no sólo expandirá sus horizontes como peleadores sino también como personas.