Gilbert Melendez regresa al octágono este sábado con una misión, regresar a la cima de las 155 libras y dejar claro que es un peleador legendario en la división más difícil del MM.
En el año 2000, Gilbert Melendez era un luchador de Santa Ana, California, recién graduado de la preparatoria que llegaba a su primer clase de Jiu Jitsu Brasileño.
El mundo no se imaginaba que en poco tiempo, al lado de tres inseparables amigos, se convertiría en el estandarte de una promoción, y uno de los peleadores más emocionantes del mundo.
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Todo empezaría con las palabras de su padre, quien le había pedido desde niño que encontrará algo que le gustara. Fue en la preparatoria que encontró la lucha, y durante la Universidad encontraría el MMA, dejando los estudios y lanzándose por completo a su carrera al lado del Skrap Pack, formado por Melendez, Nick Diaz y Nate Diaz y el antiguo retador al cinturón welter de UFC, Jake Shields.
En solo cuatro peleas, se convertía en el campeón de las 155 libras en la promoción WEC. Meses después encontraría su apodo.
“El Niño”. El mote igualaba su brutal, fuerte y destructor estilo de pelea con el fenómeno meteorológico. El equipo de transmisión de Shooto Japón lo bautizaba de esta manera cuando Melendez arrasaba en tres peleas en esa promoción, con dos victorias por detención médica.
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Strikeforce tocaría la puerta de Melendez. La promoción del hexágono quería talento local pero en el peleador relocado a la ciudad de San Francisco, encontraría un estandarte.
En su segunda pelea en la promoción vencía a Clay Guida para coronarse como campeón y haría una pausa para volver a Japón y probarse en la promoción Pride, logrando dos claras victorias y probando que era una de los mejores peleadores de la división más dura de las Artes Marciales Mixtas.
Después de la primera defensa de su primer reinado en las 155 libras, llegará su única derrota en Strikeforce, perdiendo el cinturón ante Josh Thomson por decisión unánime.
El trabajo solo aumentaba después del descalabro. Noquearía a Rodrigo Damm y a Mitsuhiro Ishida de manera consecutiva para después dominar a Thomson y recuperar el cinturón indiscutido.
Sería intocable después de esto. Primero, pasaría Strikeforce le pondría como prueba a Shinya Aoki, Melendez triunfaría claramente. Después finalizaría a Tatsuya Kawajiri en una de las imágenes indelebles de su carrera, conectando codos sin piedad al japonés para terminar el combate.
Su paso en esta promoción terminaba con una dura defensa ante Jorge Masvidal y después con una segunda venganza, volviendo a vencer a Josh Thomson.
Cuando la promoción era comprada por UFC, Melendez quedaba con los récords en Strikeforce de más peleas de campeonato (10), más defensas de cinturón (6), más defensas consecutivas (4), más victorias (11) y más golpes significantes conectados (749).
En UFC ya ha mostrado su capacidad, con una épica guerra en UFC 166 ante Diego Sánchez, pero aún tiene mucho más que entregar a sus aficionados.
Este sábado, Gilbert “El Niño” Melendez regresa ante Edson Barboza en lo que será una de las peleas más complicadas de su carrera, pero lo hará con una misión clara. Regresar a la cima de las 155 libras y obtener el único cinturón que falta en su carrera, el cinturón de UFC.