Antes de UFC 229 Dominick Reyes era un prospecto, eso cambió dominando al experimentado Ovince St. Preux alargando además su racha invicta a 10 triunfos.
Los resultados positivos son gracias a la madurez con la que ha enfrentado a cada rival desde su debut en UFC en 2017. Al término del combate ante OSP mostró su respeto y señaló que está listo para cualquier nuevo reto.
Reyes es un natural, se ve cómodo en el octágono, no busca finalizar ni se precipita, sino que lo trabaja.
Su poder y velocidad fueron claves para ganar. Round por round mejoró y tomó confianza para dominar tres episodios y cerrar con una izquierda que emocionó al público. Su siguiente rival debe ser el mejor que haya enfrentado en su carrera y no podemos esperar a verlo.
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