El estadounidense Chris Weidman se enfrentará con el campeón de peso medio, Anderson Silva, con el cinturón de la categoría en juego el próximo sábado 6 de julio en la pelea estelar del UFC 162 que se realizará en Las Vegas, Nevada.
Con 9 victorias en igual cantidad de presentaciones el luchador norteamericano puede que sea una de las mayores amenazas al reinado del brasileño.
Weidman lo sabe más que nadie, su oportunidad por el cinturón llegó casi de casualidad ante las fallidas presentaciones de los posibles retadores que fueron cayendo pelea tras pelea. Pero se siente confiado y sabe que tiene el estilo necesario para imponerse ante el mejor peleador libra por libra de los últimos años.
“Es una locura cómo se dio todo. Yo me estaba rehabilitando de la cirugía que tuve en el hombro y había muchos chicos con la posibilidad de enfrentarse con Anderson. Si Michael Bisping le ganaba a Vitor Belfort en enero era suya, pero fue noqueado. Si Rashad Evans le ganaba a Minotoro Nogueira también la recibiría pero perdió, así que quedé yo”, comenta sinceramente Chris.
Mucho se habló desde el equipo de Silva que el estadounidense no merecía la oportunidad al título por la falta de experiencia y puede que tengan razón en cierto modo. Weidman apenas tiene 9 combates en el campo rentado de las Artes Marciales Mixtas (MMA por sus siglas en inglés) pero se ha demostrado de gran forma en la mayoría de sus combates.
5 de esos triunfos han sido dentro del octágono y con una particularidad, las únicas dos veces que no ganó antes del límite (su debut ante Alessio Sakara y luego frente a Demian Maia) fue porque le avisaron con apenas días de anticipación y tuvo que realizar un gran corte de peso. Pero Jesse Bongfeldt, Tom Lawlor y Mark Muñoz fueron dominados por completo y expuestos ante el luchador de 29 años que se preparó a conciencia para esos combates.
Entonces ¿por qué muchos ven en Weidman la mayor amenaza en mucho tiempo para el campeón más galardonado de la historia de UFC? Por estilos. Chris posee el nivel de lucha necesario para derribar al campeón y castigarlo en el piso tal y como lo hizo Chael Sonnen que fue quien más cerca estuvo de derrotarlo. La diferencia es que el nuevo contendiente posee mejores golpes estando por encima y una gran defensa de sumisiones.
“Lo he tratado como a cualquiera de mis oponentes anteriores, con la misma seriedad. Respeto lo que ha hecho en el deporte, pero es una persona como todos nosotros. Tiene dos brazos, dos piernas, dos ojos, como yo. No me estoy enfrentando a un súper héroe, estoy peleando con otro competidor y mi trabajo es derrotarlo, tan simple como eso. Siento que tengo la mezcla justa de habilidades para vencerlo, así como también el deseo y la terminación para hacerlo. Para los que aún piensan que no lo merezco, esperen a la noche del 6 de julio y les mostraré que estaban muy equivocados”, desafía el retador.
Y tiene razón, está enfrentándose con otro hombre, pero con alguien que ha hecho lo que nadie pudo hacer en UFC. Ambos invictos dentro del octágono, uno ya es una leyenda y el otro quiere serlo. Uno es, para muchos, el mejor de todos los tiempos y el otro quiere derrotarlo. Anderson Silva es el campeón más dominante de todos los tiempos y Chris Weidman tiene las armas para vencerlo ¿Le alcanzará para usarlas frente al mayor público de su vida en la pelea más importante de su carrera?