El 16 de abril se cierra la temporada del The Ultimate Fighter Naciones Australia vs Canadá y esa noche, en la ciudad de Quebec, Canadá, el combate principal es entre el inglés Michael Bisping y el estadounidense Tim Kennedy, en un enfrentamiento que pinta muy emocionante en peso mediano.
Bisping (25-5) busca desesperadamente una oportunidad titular en las 185 libras, la misma que se le negó tras caer noqueado por Vitor Belfort en enero del año pasado. Tras ese fracaso, el británico se redimió con un convincente triunfo ante Alan Belcher, pero una lesión en un ojo lo ha alejado hasta ahora, no así su deseo de que le den esa bendita pelea por la corona mediana.
Y tras la salida de la cima del brasileño Anderson Silva, tenemos la impresión que hay un chance para los mejores y Bisping es uno que se ha mantenido entre los diez mejores por varios años y sabe que podría ser el próximo retador tras la pelea entre el campeón Chris Weidman y Lyoto Machida en julio.
La cita que tiene Bisping ante Kennedy (17-4) es una bien difícil, pues este último es otro que busca su lugar en la cima y que llega con tres triunfos al hilo, buscando a toda costa extender el buen momento. La pelea se presenta bien apetitosa, una de esas que a los fanáticos de las MMA les encanta. El combate arriba, usando manos y piernas y manteniendo un ritmo bien alto. Además, ambos tienen poder arriba y abajo, lo que siempre es una amenaza para los rivales.
De vuelta a Bisping, yo creo que él se encuentra en un momento de su carrera, a los 35 años, en que necesita vencer a los mejores en su división para encontrar esa oportunidad que tanto ha buscado, sobre todo verbalmente. Es hora de dejar atrás los fracasos ante Dan Henderson, Wanderlei Silva, Chael Sonnen y Vitor Belfort. Para dar ese salto cualitativo, él tendrá que salir triunfador ante Kennedy y, entonces, esa evasiva puerta podrá empezar a abrirse poco a poco.
Yo siento que ya es hora de que Bisping acompañe sus palabras con excelentes resultados en el octágono. Cualquier otro resultado lo mantendrá como un buen peleador, pero no se acercará al olimpo donde vive y brillan los mejores de las 185 libras.
Michael tiene las herramientas para saltar ese escalón. Sus manos y piernas son poderosas, ha mejorado mucho en la defensa ante el derribo y se mantiene en una excelente condición física. Tal vez, sea la parte mental y una quijada que ha sucumbido a los golpes de Henderson y Belfort lo que le ha fallado. Si él los pone bajo control estos elementos, pues las posibilidades de lograr su chance a la corona de Weidman aumentan muchísimo.
Para ser campeón en el UFC (más aun para mantenerse), se necesita que todos los elementos anteriormente mencionados estén en sintonía.
Y esa es la pregunta que tenemos para su cita ante Kennedy. ¿Está listo Michael Bisping para crecer y atacar la cima de las 185 libras?
La respuesta la tendremos la noche del 16 de abril.
Ahí nos vemos.
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