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Lyoto Machida, el “Dragón” del UFC

Este próximo 4 de
agosto
, en Los Angeles, el
peleador brasileño Lyoto “The Dragon” Machida (17-3) estará en
acción en el octágono en la cartelera UFC
on Fox 4
ante Ryan Bader (15-2),
en una pelea de peso semipesado que representa un enfrentamiento entre dos
guerreros con excelentes marcas en su carrera y que buscan regresar a los
primeros planos de este peso.

El sudamericano viene de una derrota en diciembre en el UFC 140 ante Jon “Bones” Jones en lo que fue su cuarto combate titular en su carrera en el UFC, por lo que su
próxima cita podría ser el comienzo del ascenso en el ranking de esta división,
llena de grandes peleadores, como el campeón Jones, Dan Henderson, Mauricio “Shogun”
Rua
, Rashad Evans, Alexander Gustafsson, Antonio Rodrigo Nogueira, “Rampage” Jackson y Glove Texeira, entre otros.

Bader, por su arte, venció a “Rampage” en el UFC 144 en febrero pasado en Japón y espera regresar a ser el
peleador que tanto prometía en el UFC antes de caer consecutivamente con  el campeón Jones y el veterano Tito Ortiz el año pasado.

Pero no la tiene fácil este 4 de agosto. Ante sí tiene al
excampeón Machida, quien como dije también busca volver a los planos estelares
de esta difícil y concurrida división semipesada.

El brasileño es, en estos momentos, el mejor
representante del karate en el UFC y cuando derrotó a Rashad Evans en el UFC 98 el 23 de mayo del 2009 muchos hablaron del inicio de la era Machida en
las 205 libras y que su reinado iba a durar mucho tiempo.

Sin embargo, en su camino se atravesó su paisano “Shogun”
Rua y Machida no fue la sensación que se esperaba. O que al menos muchos
decían.

En el primer combate entre ambos, en el 2010, Machida
defendió su título con un triunfo de manera unánime, en una pelea muy apretada
que trajo mucha controversia por el resultado. La revancha no se hizo esperar y
unos meses más tarde, en Montreal, “Shogun” se tomó la venganza y la era Machida dejaba de existir, al menos
hasta ahora.

Tras el fracaso en tierras canadienses, Lyoto se enfrentó
a “Rampage” en Detroit y cayó por decisión unánime de los jueces, lo que
significó una racha perdedora por primera vez en su carrera. El “Dragón” ya no
estaba echando mucho fuego.

De vuelta en Canadá,
ahora en Toronto en el histórico UFC 129,
Machida regresó al octágono y venció al legendario Randy Couture, usando una patada espectacular, la cual le dio el
premio de “Nocáut de la noche” y, de paso, mandó al retiro al veterano de mil
batallas.

Su nombre estaba de vuelta en el candelero de los mejores
de su peso y el UFC le dio otra oportunidad titular en diciembre del año pasado
ante el joven fenómeno Jones, otra vez en Canadá en el UFC 140.

Como le ha pasado a todos los rivales de Jones, menos uno
que le ganó por descalificación, Machida se quedó corto en sus aspiraciones y
perdió por sumisión en el segundo asalto. Sin embargo, ante Jones, el brasileño
dio una gran pelea y, para muchos, hasta le ganó el primer asalto. Algo que
prácticamente nadie ha logrado en el UFC.

De regreso en la senda de la derrota, Machida comienza
otra vez más en su intento de ascender en el ranking semipesado, ahora frente a
Bader.

Para este peleador, descendiente de japoneses por su parte
paterna y karateca excepcional, el camino ha sido uno muy difícil, pero su
historial ha demostrado que siempre ha sabido reponerse a las adversidades y
llegar a lo más alto en su carrera en las Artes
Marciales Mixtas (MMA por sus siglas en inglés)
.

Desde muy joven se destacó en su natal Brasil como peleador amateur de karate,
ganando dos veces el torneo brasileño, incluso representó a su país internacionalmente
con mucho éxito, Ganó el Torneo Panamericano de Karate en el 2001, fue segundo
lugar en un torneo sudamericano y compitió a nivel nacional en la especialidad
de sumo hasta que se convirtió en peleador profesional en el 2003.

En torneos de K-1 se destacó desde el mismo comienzo y en
su camino quedaron peleadores de la talla de los excampeones del UFC, Rich Franklin y BJ Penn, y también Stephan Bonnar.

Con este resume como mejor carta de presentación, su
llegada al UFC era sólo cuestión de tiempo y en el 2007 debutó con un triunfo por decisión unánime sobre Sam Hoger. De ahí en adelante su
ascenso fue vertiginoso, venciendo en el camino a Tito Ortiz y Thiago
Silva,
hasta que destronó a Rashad Evans con un impresionante nocáut en el
segundo asalto para coronarse campeón en el UFC 98.

El reinado del “Dragón” apenas duró 2 peleas, pero él
sigue siendo un peleador de primer nivel en su división y es de los más
difíciles de descifrar una vez se sube al octágono. Su arma principal es el karate, pero también es un experto en jiu-jitsu brasileño, así que puede
llevar la pelea arriba y abajo sin ningún problema.

Su estilo es poco ortodoxo, pelea de contragolpe, pero
cuando encuentra una brecha, fulmina a sus contrincantes (recordar sus triunfos
sobre Silva, Evans, Couture). En la lona tiene cinta negra en jiu-jitsu, lo que
hace aun más complicado enfrentarlo dentro del octágono.

Una de sus características típicas es la manera en que se
comporta ante sus rivales, manteniendo el respeto tradicional de los peleadores
de disciplinas orientales, en este caso el karate.

En las MMA,
una de las tradiciones más populares es la entrada de los peleadores al
octágono y toda su trayectoria desde que salen de los camerinos es un ritual.
Lyoto lo hace rodeado de su padre y sus hermanos, todos con la vestimenta
típica de los karatecas, el tradicional kimono de pelea. Antes de subir,
Machida inclina su cabeza hacia los suyos y el ritual es seguido por todos los
miembros de su séquito. Durante y después de sus peleas, él mantiene ese
respeto hacia el contrincante, pero sin nunca perder la concentración ni dejar
de pensar en vencerlo. Sin dudas, este hijo de un inmigrante japonés lleva con
orgullo las tradiciones del karate que su padre, Yoshizo Machida, le inculcó desde
que empezó a practicar este deporte a los 3 años.

Esa es la historia y la vida deportiva de Lyoto Machida,
el “Dragón”, que quiere volver a reinar en el UFC y  su primer obstáculo se llama Ryan Bader, quien
lo espera el 4 de agosto en el Staples Center de Los Angeles.

Con todos estos ingredientes, no me queda duda que la
mesa está servida para otra velada de lujo en el UFC, así que a prepararse a
disfrutar de la acción dentro del octágono.

Ahí nos vemos.

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