Finalmente, se develó el misterio de quién es el hombre más peligroso del mundo. Anoche, en el MGM Grand Garden Arena la tensión podía cortarse con un cuchillo en lo que sería el choque de dos trenes de carga. Uno de ellos, con un impresionante récord de 12 victorias y 0 derrotas, con todas sus peleas finalizadas antes del primer round. El otro, un fenómeno de la genética, campeón de los pesos pesados en apenas su tercera exhibición en el UFC.
Finalmente, se develó el misterio de quién es el hombre más peligroso del mundo. Anoche, en el MGM Grand Garden Arena la tensión podía cortarse con un cuchillo en lo que sería el choque de dos trenes de carga. Uno de ellos, con un impresionante récord de 12 victorias y 0 derrotas, con todas sus peleas finalizadas antes del primer round. El otro, un fenómeno de la genética, campeón de los pesos pesados en apenas su tercera exhibición en el UFC.
Ya desde la caminata hacia el octágono, veíamos a un Lesnar (4-1) con una expresfacial distinta a la que habíamos visto en sus anteriores contiendas, quizá presagiando que esta no sería una pelea más. Carwin, por otro lado, se notaba relajado, confiado en sus habilidades y potencial para definir la pelea en un solo golpe.
Cuando el referí Josh Rosenthal indicó el comienzo de la lucha, Lesnar rápidamente tomó el centro del octágono. La pelea se desarrollaba en una distancia prudencial. Lesnar respetaba la potencia de su rival, mientras que Carwin no deseaba ser derribado por mostrarse demasiado agresivo desde el inicio.
En el momento que Lesnar sintió la mano pesada de su rival, trató de llevar la lucha a la lona con un arrebato de poder. Carwin logró incorporarse y los fanáticos comenzaron a corear su nombre en todo el estadio. El oriundo de Greeley, Colorado dominaba los intercambios de pie y con una seguidilla de uppercuts logró poner a su rival contra la reja. Indefenso, Lesnar cayó al piso y puso sus manos sobre su rostro tratando de protegerse del castigo que le propinaba su rival una y otra vez. Pareció, en algún momento, que Lesnar no estaba defendiéndose inteligentemente por lo que la pelea pudo haber sido detenida por el referí. La potencia de Carwin se disipaba cuanto más golpes arrojaba. Tenía a su rival cortado, y en una posición sumamente ventajosa por lo que trató de terminar la pelea con un vendaval de golpes a ras de lona. Nunca nadie había podido dominar de esta forma al Campeón de los pesados. Los guantes 5 XL de Carwin atravesaban la defensa de Lesnar que sorprendentemente seguía en combate. Todo hacía parecer que el año de inactividad había sido un factor importante en la condición física de Lesnar.
En el último minuto del primer round, Lesnar logró ponerse de pie y acorralar a su rival contra la reja. Ambos luchadores estaban visiblemente cansados. Brock había logrado lo que muchos otros no habían podido, superando el primer round de la pelea, y resistiendo el tsunami de golpes de puño de su rival. Carwin no logró dosificar su energía. Trató de terminar el pleito en el primer round y se quedó sin stamina para el resto de la pelea.
En el segundo round se vio a un Carwin visiblemente frustrado por no haber podido acabar con su rival en el primer asalto. Había dejado crecer en confianza a su oponente quién lucía mejor de ánimo para encarar lo que restaba de la pelea. Lesnar aprovechó el momento preciso para derribar a su oponente, pasó la guardia y acabó ganando la pelea con una estrangulación lateral. Con un gran despliegue de jiujitsu, Lesnar demostró que ha evolucionado en todas las facetas del juego y que es realmente el campeón indiscutido de los pesados.
Inmediatamente luego de la pelea, Joe Rogan entrevistó a Lesnar quien se expresó de la siguiente manera: “Sabía que tenía que sobrevivir la tormenta. Él tiene unos golpes muy duros, yo solo debía esperar. Sabía que se estaba cansando y cada golpe era menos dramático que el anterior”.
Carwin con grandeza, aceptó la superioridad de su rival “Fui por la victoria. Brock es un tipo duro. Aguantó los golpes a ras de lona como ningún otro. Tiene mi respeto. Él es el campeón”.
Lesnar se llevó no solo los 75 mil dólares por la “sumisión de la noche” sino también el respeto de su rival y de muchos fans que fueron testigos privilegiados de la evolución y dedicación de Lesnar hacia el deporte.